Harav Yitzchak Ginsburgh

lunes, 18 de abril de 2011


Las cuatro preguntas que hacemos en la mesa del Seder comienzan: “¿Cuál es la diferencia entre esta noche (de Pesaj) y todas las (otras) noches?”

Los niños en la mesa del Seder le piden a sus padres que les expliquen el significado de todas las costumbres especiales que realizamos en la primera noche de Pesaj. Todos somos hijos de nuestro Padre en el cielo, y cuando nos dirigimos a nuestro padre físico simultáneamente nos dirigimos a Él y preguntamos: “¿Cuál es la diferencia entre esta noche y todas las otras noches?...”
“La noche” simboliza el exilio. Comenzamos pidiéndole a nuestro padre (y a nuestro Padre en el cielo) nos explique la diferencia entre este exilio final y los exilios anteriores. Este exilio final del Pueblo judío es el período en la historia que anuncia la inminente llegada del Mashíaj, el redentor de toda la humanidad, que traerá paz a la tierra.
Así como en el relato de la creación donde la noche precede al día, la noche del exilio debe preceder al amanecer de la redención.
La última noche del exilio es más oscura, en cierto sentido, que todas las otras noches. Junto con una abundancia material de tal magnitud que el mundo nunca conoció antes, hay una profunda carencia espiritual, “hambre y sed” (en la expresión de los profetas) de conocimiento de Dios y la experiencia directa de Su Providencia sobre todas las cosas. Cuanto más la cultura moderna (con su enorme avance en las ciencias y la tecnología) ‘sacraliza’ la naturaleza y sus leyes (la ‘vestimenta’ externa del Creador) más Divinidad (el Creador Mismo) se vuelve oculta.
La guematria de “esta noche” (97, הלילה הזה, halaila hazé) es la misma que “tiempo” (זמן, zman). Este exilio final es en esencia nuestra experiencia misma del tiempo, nuestro transitorio y efímero estado de existencia en la tierra. La redención es vivir por encima del tiempo, experimentar la eternidad en la transitoriedad.
97 es un número primo. Comenzando desde 1, 97 es el 26to número primo. 26 es el valor del Nombre esencial de Dios, Havaiá (הוי-ה), que significa “fue, es y será, al mismo tiempo”. “Exilio” (גלות, galut) equivale 439, también un número primo, el 86to número primo. 86 es el valor del Nombre de Dios Elokim (א-להים), que equivale a “la naturaleza” (הטבע, hateva).
La redención es la revelación de Havaiá en “esta noche” (“tiempo”) y Elokim, la Divinidad inherente en la propia naturaleza, en el “exilio”.

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