Harav Yitzchak Ginsburgh

jueves, 9 de junio de 2011

La Cabalá y el Arte de Atarse los Zapatos

Primero ponte el zapato derecho, después el zapato izquierdo, luego ata el zapato izquierdo, y finalmente, ata el zapato derecho. Esa es la manera en que los judíos lo hacen. 

La Torá nos fue otorgada para santificar lo mundano.
Los zapatos nos permiten caminar por la faz de la tierra, contactar lo físico y movernos libremente según nuestro deseo. Más que cualquier otro artefacto material que poseamos y utilicemos todos los días, los zapatos simbolizan nuestra participación en lo mundano. Protegen nuestros pies de las piedras y las espinas que cubren el suelo en el que andamos, mientras caminamos hacia el logro de nuestras metas en la vida.
En el Templo los sacerdotes servían descalzos, como para no separar sus cuerpos de la santidad del suelo del Templo. Similarmente, Dios dijo a Moshé en la Zarza Ardiente que se descalzara “…pues el lugar que pisas es tierra sagrada”. La guematria de la frase “es tierra sagrada” (אדמת קדש הוא, 861, admat kodesh hu), es la misma que la de “Templo Sagrado” (בית המקדש, Beit Hamikdash).
Pero mientras no hayamos santificado la tierra en su totalidad para ser un santuario para Dios, necesitamos zapatos para proteger nuestros pies, mientras estamos continuamente en movimiento, esforzándonos al máximo para hacer de este mundo un lugar mejor –un punto de encuentro para nosotros y nuestro Creador.
En el Cantar de los Cantares, la novia es descrita con las palabras: “¡Cuán hermosos son tus pies en los zapatos, la hija del benevolente” ("מַה יָּפוּ פְעָמַיִךְ בַּנְּעָלִים בַּת נָדִיב", má iafu peamaij banealim bat nadiv”). “El benevolente” se refiere a Abraham, el primer judío, que se destacó por su benevolencia sin igual hacia todos. Él necesitaba zapatos para que lo llevaran al lugar donde estaban los más necesitados y para llenar el mundo con la conciencia de Dios. A cada alma judía se le llama “hija del benevolente.”
En Cabalá, el nombre del arcángel del Mundo de la Acción, Sandalfón, viene de la palabra “sandal” (sandalia, como en castellano). Necesitamos sandalias/zapatos para funcionar óptimamente en el Mundo de la Acción.
Los dos pies simbolizan (y en el plano espiritual, encarnan) dos tipos de confianza innata a nuestra alma –la confianza activa (el pie derecho) y la confianza pasiva (el pie izquierdo). La confianza activa es relativamente masculina, mientras que la confianza pasiva es relativamente femenina. La confianza activa se manifiesta como la auto-confianza necesaria para tomar la iniciativa, para levantarse y lograr lo que tenemos que lograr en nuestras vidas. La confianza pasiva es la confianza simple y serena en el Todopoderoso que seguramente nos proveerá y preservará en todas las situaciones.
Empecemos a ponernos los zapatos con la conciencia del pie derecho –nos estamos poniendo los zapatos para ser dignos de trascender las limitaciones que nos impone nuestro entorno inmediato, para entrar al mundo exterior y continuar allí nuestra ocupación mundana y realizar nuestras metas. Pero, antes de atarnos el zapato derecho, hay que ponernos el zapato izquierdo –aumentar nuestra conciencia de que todas nuestras necesidades en la vida, y seguramente todo nuestro éxito, dependerán del Todopoderoso, el único en quien podemos confiar. Entonces, inmediatamente atamos y unimos esta confianza pasiva en el Todopoderoso y, solamente después de esto, atamos nuestra determinación de influir la realidad de la manera que deseamos (en aras del Todopoderoso).
Comenzamos a trabajar en el lado masculino de nuestro carácter (nuestra confianza activa, lista y con ganas alcanzar nuestra misión de vida) pero no podemos completar su rectificación (en Cabalá, “rectificación” significa “ropa”, en nuestro contexto, la ropa de los pies) antes de que completemos la rectificación de la parte femenina de nuestro carácter (nuestra confianza pasiva, nuestra total dependencia de Dios).

2 comentarios:

  1. Las estructuras, dimensiones y jerarquías espirituales nos enseñan a vivir en este plano mundano. El Rav Ginsburgh con su fineza y talento particular nos trae analogías a partir de esto y de versículos particulares de la Torá, con una visión espiritual pero practica para el hombre de hoy. Que sea bendito nuestro Rav y recemos por su sanidad completa ahora!. Saludos.

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  2. refua shlema para el rav de Hakadosh Baruj Hu!

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