Harav Yitzchak Ginsburgh

miércoles, 25 de mayo de 2011

Seis Cosas que Aclarar

Hay seis cosas que uno debe aclarar: ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde estoy yendo? ¿Quién me puso aquí? ¿Para qué?
Las seis letras de la primera palabra de la Torá, “En el principio” (בראשית, Bereshit), se dividen en dos palabras de tres letras cada una, “Creó seis” (ברא, bará, “creó”, y שית, shit, “seis” [en arameo]). La raíz “crear” en hebreo (ברא, bará) significa también “aclarar”.
Entonces, la primera palabra de la Torá, su primera instrucción al hombre (Torá significa instrucción, cada uno de sus palabras es una instrucción para nosotros), puede ser leída como “Clarifica seis” (esta primera palabra de seis letras puede ser leída como “clarificó” en tiempo pasado o simplemente “clarifica”, en imperativo). Este es el “En el principio” de nuestro servicio Divino. Lo primero que debemos hacer, para servir de la mejor manera a nuestro Creador y ser productivos en la vida, es aclarar los seis interrogantes fundamentales que formulamos aquí arriba.
El proceso completo de clarificación toma toda una vida, pero las ideas centrales, las respuestas concretas a las seis preguntas pueden ser respondidas en pocas palabras:
¿Quién soy? Si eres judío, la respuesta es “yo soy un judío”. Judío es quien pertenece al pueblo elegido por Dios, elegido para traer la luz al mundo. Si no eres judío, la respuesta es “Soy un ser humano inteligente”. Todos los seres humanos son creados y se les da la inteligencia necesaria para hacer su parte en la rectificación de la realidad. Al definir la función del judío y del no judío en el orden del mundo ya comenzamos a tratar la última pregunta ¿por qué? Es evidente que la respuesta dada aquí es genérica. Lo que toma toda una vida es contestar el interrogante individual para cada individuo (y lo mismo es con respecto a los siguientes interrogantes).
¿Dónde estoy? En el más bajo de los mundos creados, el mundo llamado “el mundo del engaño”, un mundo ciego a la realidad Divina, lleno de pecado y corrupción, alejado de Dios.
¿De dónde vengo? De la nada (la nada primordial, anterior a la creación)
¿A dónde estoy yendo? A todo (el Mundo por Venir)
¿Quién me puso aquí? El Creador, el Dios uno y único.
¿Para qué? Para que conozca y me una a Dios, cumpliendo Su voluntad, en este el más bajo de los mundos. Para que cree una morada para Él aquí abajo. ¿Pero por qué Él necesita que lo conozca y por qué necesita una morada aquí abajo? Sólo Dios lo sabe.
El estudiante astuto de Cabalá notará que cada uno de estas seis preguntas y respuestas nos habla acerca de una de las sefirot supremas en particular: ¿Quién soy?: fundamento (יסוד, iesod). ¿Dónde estoy?: reinado (מלכות, maljut). ¿De dónde vengo?: sabiduría (חכמה, jojmá). ¿A dónde estoy yendo?: entendimiento (בינה, biná). ¿Quién me puso aquí?: corona (כתר, keter). ¿Para qué?: conocimiento (דעת, daat).

miércoles, 18 de mayo de 2011

NUNCA ES DEMASIADO TARDE

Nunca darse por vencido. Nunca es demasiado tarde. Todo daño aparentemente irreversible es también reversible. Incluso cuando todo se acabó, todavía está acabado. La vida continúa.

Posiblemente será a través de la ingeniería genética mesiánica. Pero sea como sea, creemos que los muertos volverán a la vida.

En cuanto al orden actual de nuestro mundo, el Rebe Najman dijo que si crees que puedes dañarte (espiritualmente por pecar) también cree que puedes rectificarte (por medio de la teshuvá, retornando a Dios). Todo es en función de la fe. Nuestra fe original, relativamente superficial, en nuestra capacidad de causar daño espiritual (a nosotros y a los demás influenciados por nosotros) está balanceado y sobrepasado por la más profunda fe en que siempre es posible rectificar. En las palabras del Rebe anterior de Jabad, “no hay caso perdido”.

La fe original en nuestra capacidad de dañar deriva de la sefirá de hod (reconocimiento), representada en el cuerpo por el riñón izquierdo y la pierna izquierda. Nuestra fe mayor en nuestra capacidad de rectificar, sin importar qué, deriva de la sefirá de netzaj (triunfo y eternidad), representada por el riñón derecho y la pierna derecha. Estas dos sefirot siempre actúan en pareja, y están simbolizadas en Cabalá por los dos platillos de la balanza.

Si nuestra conciencia comienza desde el platillo izquierdo de la balanza, que representa la fe en nuestra capacidad de dañar, entonces primero debemos balancearla con la fe en nuestra capacidad de rectificar, y continuar profundizando nuestra conciencia en esta fe hasta que el peso incline la balanza hacia la derecha, hacia nuestro mérito eterno, superando (triunfando sobre) la izquierda inicial.

En este mundo todo es un desafío de fe. Pero en la era mesiánica la fe se volverá conocimiento, se volverá tangible. En este mundo, si el daño es físico e irreversible, como la pérdida de un miembro del cuerpo, Dios lo prohíba, entonces lo mejor es aceptar que es un decreto celestial (un tikún, rectificación, en el plano espiritual) y aprender cómo vivir y servir mejor a Dios con eso. Pero quizás muy pronto con los avances en la investigación de las células madre, se podrá reemplazar un órgano perdido (por cierto, esto ya está empezando a suceder).

martes, 17 de mayo de 2011

El Corazón y la Mente para Tratar con los Enemigos

Hay 3 formas de tratar con los enemigos: rendirse, pelear o hacer la paz neutralizando la raíz de su animosidad.

El Baal Shem Tov lo contó como una historia. Una vez un rey llamó a uno de sus oficiales y lo envió a una misión secreta diciéndole: “deseo probar la lealtad de mis súbditos. Vístete como un rey y ve de estado en estado recorriendo todos mis dominios; haz tu mayor esfuerzo por persuadir y ganarte al pueblo para que se rebele contra mí y aceptarte a ti como rey.

El oficial siguió las órdenes del rey con toda su capacidad. Los diferentes estados en los territorios del rey reaccionaron de diferentes maneras. Algunos fueron persuadidos de que es para su beneficio rebelarse contra su rey y aceptar al nuevo personaje como rey. Algunos lucharon contra la nueva figura, manteniendo la lealtad a su rey. Pero hubo un estado de hombres sabios que tuvieron la inteligencia de comprender que todo era una trampa, y que este nuevo “rey” no es más que un servidor del verdadero rey, que fue enviado para probar su lealtad. Le revelaron al oficial que conocían sus verdaderas motivaciones e intenciones, cosa que inmediatamente reconoció, neutralizando su aparente rivalidad con el rey y haciendo paz con él.

Así aprendemos que existen dos niveles de lealtad al rey, representados en esta historia por las dos clases de reacciones negativas hacia el oficial. El primero es al que se refiere el profeta como “Yo [Dios, el Rey] amo la juventud [el espíritu juvenil] de Israel” (“נער ישראל ואהבהו”, noar Israel veahavehu). La juventud de Israel luchó rechazando la tentación del mal (el falso rey) de rebelarse contra Dios, exponiéndose al peligro, prontos para morir por Dios, su Rey. El segundo es lealtad junto con un profundo y maduro sentido de sabiduría, la inteligencia necesaria para revelar el engaño en la raíz del complot y terminar la historia en paz con un alegre lejaim!

En nuestros días están aquellos que confunden hacer la paz con rendirse, que llaman hacer la paz a la rendición junto con un “acuerdo de paz”. Y de esta manera el antagonismo del enemigo no se neutraliza sino que se vuelve más fuerte en su falsa versión de “paz” (que no es más que someterse a la maldad por la falta de fe en Dios y la eterna verdad de Su Palabra, la Torá).

Israel necesita a una juventud fuerte, un corazón fuerte y de coraje, dirigido por un liderazgo maduro y adulto (una cabeza sabia, inteligente). El liderazgo del que carecemos es el que cree en Dios (y Su Torá) y reconoce que todo viene de Dios, que a menudo intenta probarnos y así fortalecernos, que es en definitiva para nuestro bien y el bien de toda la humanidad. 

miércoles, 11 de mayo de 2011

Cerca De Dios

La señal de que hemos realizado una buena acción es sentirnos cerca de Dios. Sentirnos lejos, enemistados con Dios, es una señal de que hemos hecho algo incorrecto.

De los 13 Principios de Fe delineados por Maimónides, el 11 es la fe en la recompensa y el castigo. Está la recompensa y el castigo del futuro, en el Mundo por Venir, pero también hay una recompensa y un castigo inmediato, en este mundo.
No hay una sensación mejor que sentirnos cercanos al Todopoderoso, y no hay una peor que sentirnos alejados y separados de Él.
Si una persona realiza una mitzvá (un precepto de la Torá, una buena acción bien definida) y todavía se siente alejado de Dios (el Comandante de la mitzvá) es porque realizó la mitzvá por rutina o que algún motivo egocéntrico entró en su conciencia mientras cumplía la mitzvá.
Cumplir una mitzvá por ella misma, llevar a cabo la voluntad de Dios y nuestra misión en la vida, siempre nos dará una sensación de cercanía a Dios.
A veces uno experimenta una elevación momentánea luego de realizar una mitzvá y a continuación experimenta una caída espiritual.
El Baal Shem Tov explica que esto es porque esa elevación no fue más que una sensación de auto satisfacción, no de verdadera alegría por haber merecido hacer el bien en el servicio a Dios.
El sentido de la gratificación propia que viene casi automáticamente con la realización de una mitzvá está asociado al veneno de la serpiente que muerde el talón del hombre, simbolizando el final de una acción.
Por eso no hay que confundirse entre la sensación falsa e impura de la auto gratificación y el sentimiento verdadero y puro de la cercanía a Dios.

miércoles, 4 de mayo de 2011

LOS AMOS DE LOS NOMBRES


Antes de Isroel Baal Shem Tov hubo tres Baalei Shem: Eliahu Baal Shem, Ioel Baal Shem y Adam Baal Shem.

“Baal Shem” significa “amo del Nombre (de Dios)”. Por el poder del Nombre Divino el Baal Shem obraba milagros, especialmente curar al enfermo.

El Baal Shem Tov es el amo o maestro del Nombre bueno, el Nombre de Dios Tov (טוב), que significa “bueno” y cuya guematria es 17. Este es el Nombre aludido en el propio primer verso de la Torá, el Nombre (poder Divino) que une los cielos y la tierra, espiritualmente y físicamente. Isroel (Israel, el nombre propio del Pueblo Judío) Baal Shem Tov viene a mejorar (hacer el bien a) nuestras vidas, llevarnos a un estado de conciencia que une nuestra vida interior, espiritual y nuestra vida exterior, física. Esta es una conciencia mesiánica, porque la función esencial del Mashíaj es unir los cielos y la tierra (en varios planos, es decir, unir la sabiduría de la Torá y la sabiduría de la ciencia). 

Eliahu Baal Shem, Ioel Baal Shem y Adam Baal Shem eran los líderes de la banda de tzadikim ocultos, cada cual en su generación. Entonces viene el Baal Shem Tov que inició su vida adulta como líder de los tzadikim ocultos, pero más tarde fue instruido desde los cielos revelarse y revelar sus enseñanzas al mundo. Desde ese momento en adelante, todos sus grandes discípulos y sus discípulos, hasta el día de hoy, asumieron el liderazgo de la comunidad judía como tzadikim revelados. Inspirados por el Baal Shem Tov, lograron unir la dimensión interior de sus propias almas, su vida interior, con su dimensión revelada, es decir, unir dentro de ellos mismos los cielos y la tierra, y por lo tanto revelar al mundo todo la bondad esencial inherente en toda la creación de Dios.

Las diez generaciones desde el Baal Shem Tov hasta nuestra generación corresponden a las diez sefirot (los canales Divinos de creación), sobre las cuales hay tres “cabezas de cabezas” ocultas, correspondientes a las tres generaciones de Baalei Shem que precedieron al Baal Shem Tov (esto significa que somos la 13ra generación desde Eliahu Baal Shem).

La suma de las tres “cabezas de cabezas” ocultas, Eliahu (אליהו, 52), Ioel (יואל, 47), Adam (אדם, 45), es igual a 144 = 122 (144 también es 12th “número del amor”, conocido secularmente como “número de Fibonacci”). Junto con Israel (541, ישראל), que es el cuarto Baal Shem, el Baal Shem Tov, la guematria completa es 685 (5 veces 137 [la inversa de la constante de la estructura fina del universo], קבלה, Cabalá) es el 19 número inspiracional (que sigue a 613), es decir 192 más 182

Eliahu Baal Shem (אליהו בעל שם, 494), Ioel Baal Shem (יואל בעל שם, 489), Adam Baal Shem (אדם בעל שם, 487), Isroel Baal Shem Tov (ישראל בעל שם טוב, 1000, el secreto de las 1000 luces entregadas a Moshé en el Sinaí) los cuatro juntos suman 2470 = 19 veces 130 (5 veces 26, el Nombre esencial de Dios, Havaiá) = 5 veces 494 (19 veces 26), Eliahu Baal Shem, el origen de todo (la cabeza incognicible de la simple fe en Dios)!

jueves, 28 de abril de 2011

GOTAS DEL VINO DE ITZJAK: Incorporar la Excepción a la Regla General La hist...

GOTAS DEL VINO DE ITZJAK: Incorporar la Excepción a la Regla General
La hist...
: "Incorporar la Excepción a la Regla General La historia de la ciencia moderna certifica que el avance de la ciencia se produce prestando ate..."
Incorporar la Excepción a la Regla General

La historia de la ciencia moderna certifica que el avance de la ciencia se produce prestando atención a aquellos detalles que la teoría previa no pudo explicar. Este principio también se aplica al avance social y político.

Todo sistema o teoría, ya sea científico o político, tiene sus reglas. La Torá, con su complejo conjunto de preceptos para vivir una vida normal, tiene muchas reglas. Están compiladas en el Shulján Aruj, el código de la ley y las costumbres judías aceptado universalmente. 

Pero toda regla tiene su excepción (que esta regla tenga a su vez una excepción o no, da lugar a una paradoja lógica, pero Dios está por encima de la lógica y Su Torá trae Su luz infinita mucho más elevada que la lógica).
La mayoría de los judíos buenos y temerosos de Dios viven de acuerdo a las reglas, como Dios desea. En general no están conscientes de las excepciones (y a menudo están inclinados a reprimir dentro de sus subconscientes que existen las excepciones). Pero los grandes tzadikim (las almas justas) de cada generación están siempre conscientes de las excepciones a las reglas, y en gran medida le dedican su vida a las excepciones.

Una congregación de almas crea una norma en conjunto. Pero cada alma individual, cuando se observa fuera del contexto de la congregación, es una excepción a la regla.

Los sistemas políticos basados en la filosofía política, tienden a urdir una política adaptadas a la congregación (el clal) pero a menudo restan importancia a lo individual (el prat), el detalle que no encaja en lo general. El líder verdadero es el que estudia/juzga los casos individuales (como se nos cuenta en la Biblia acerca de los personajes del Rey David y el Rey Shlomó) y basa su liderazgo alrededor de ellos. Ese líder conoce un secreto muy grande: La excepción (los detalles aparentemente insignificantes que por alguna “misteriosa” razón no encajan en la norma general) enriquece la norma y motiva su desarrollo y progreso.

Y así es con respecto al desarrollo orgánico de la Tradición de la Torá Oral. En cada generación surgen nuevas situaciones individuales, que requieren ser juzgados y evaluados nuevamente, con renovada inspiración. Esto halla su expresión en la riqueza de la literatura rabínica, el “shakla vetaría”, la discusión basada en las preguntas y respuestas que se va enriqueciendo de generación en generación, y es el sello de la verdad que produce el avance de la Torá misma

lunes, 18 de abril de 2011

Limpieza de Pensamientos, Pureza de Habla, Castidad de Actos.

En la escalera de 10 peldaños del crecimiento espiritual delineado por Rabi Pinjas ben Iair, tres peldaños consecutivos son: “La limpieza nos lleva a la pureza, la pureza nos lleva a la castidad (es decir, abstinencia de la exagerada auto indulgencia de los placeres físicos)”

Estos tres atributos corresponden a las tres “vestimentas” del alma: pensamiento, habla y acción (aunque no en ese orden), como así también a las tres festividades de peregrinación, los “regalim”.
Limpieza es principalmente un atributo del habla. Explica Maimónides que una de las propiedades especiales del Hebreo, “la lengua sagrada”, es que es esencialmente “un lenguaje limpio”, si palabras sucias. Como hemos visto en una publicación anterior, Pesaj es la festividad del habla, la libertad del habla. Hablar libremente no significa hablar como se me antoje, utilizar las palabras que me gusten, sean limpias o sucias. Como hemos explicados, hablar libremente significa ser capaz de dar expresión verbal a las emociones más íntimas del corazón. Esa auto expresión profunda y auténtica surge (el secreto del Éxodo) “limpia”.
La festividad de Shavuot, que conmemora la Entrega de la Torá, corresponde al atributo de pureza, más precisamente, la pureza de pensamiento. Durante 7 semanas la novia (el alma colectiva de Israel) se purifica para desposarse con su novio (Dios) en Shavuot. Todos sus pensamientos se concentran exclusivamente en su novio.
La festividad de Sucot corresponde al atributo de castidad, castidad en la acción. Dejamos nuestra casa y sus comodidades materiales para morar afuera por siete días en una cabaña (Sucá). Nos identificamos con nuestros ancestros que residieron en el desierto durante cuarenta años (en su viaje hacia la Tierra Prometida) sin hogar y sin otras comodidades físicas.
Las iniciales de los tres atributos (נקיות טהרה פרישות, prishut, tahará, nekiut) forman la palabra “balsamo” (נטף, nataf) el primer ingrediente del incienso ofrendado en el servicio del Templo. Un alma que posee estos tres atributos es un alma fragante, un alma capaz de dulcificar las severidades de la vida, trayendo curación a la difícil condición de la humanidad.
La guematria de las tres palabras, 1781 = 13 veces 137 ó “amor (אהבה, ahavá) veces Cabalá (קבלה, Cabalá). Además, 1781 es la guematria de las tres sefirot (emanaciones Divinas) primarias que descienden por el eje medio del Árbol de la Vida: keter (629, כתר, “corona”, la supra conciencia), el origen de la limpieza (es decir, Dios nos perdona y así nos limpia de todas nuestras iniquidades), tiferet (1081, תפארת, “belleza” y “compasión”, el secreto de la Torá que se nos entregó en el Sinaí), llamada “corazón puro” y iesod (80, יסוד, fundamento, “la señal del pacto”), que encarna la propiedad de castidad.
Allí Afuera, Aquí Adentro

“Egipto” (מצרים, Mitzraim) significa “limitaciones”, aludiendo a los blockeos psicológicos y los estados de encierro. Jametz (el pan leudado) simboliza el egocentrismo.

Egocentrismo (jametz) es el origen del todo confinamiento psicológico (Egipto). Ningún esclavo puede escapar de las fronteras limitantes de Egipto. El Éxodo es el milagro de atravesar los límites de Egipto anulando nuestra sensación de egocentrismo.
Hay realmente algo allí afuera. No todo es “yo”.
En definitiva, el “algo allí afuera” (no mi sentido inicial del yo) es Dios, que me rodea en Su verdadero egocentrismo, por así decirlo. Todo (incluyendo mi verdadero yo) existe dentro del “Yo” de Dios.
La primera palabra de los Diez Mandamientos, la culminación del Éxodo, es “Yo” –“Yo soy Havaiá tu Dios que te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud”. El “Yo” absoluto de Dios nos saca de nuestro confinamiento psicológico y nuestra esclavitud de nuestro sentido exagerado del ego.
En hebreo, “algo allí afuera” (דבר בחוץ, davar bajutz) equivale a 312 = 12 veces 26, el valor del Nombre esencial de Dios, Havaiá, cuyas 4 letras (2 de las cuales son la misma) permutan en 12 formas diferentes. Entonces, las 12 permutaciones de Havaiá (correspondientes a los 12 meses del año, etc.) equivalen a “algo allí afuera”.
En un artículo anterior vimos que 312 = “Él no es un cuerpo y no es una fuerza en un cuerpo” (אינו גוף ולא כח בגוף, eino guf velo coaj baguf). Un cuerpo es un estado de confinamiento, un sentido creado (finito) y bien definido de egocentrismo. Un acuerpo es todo “aquí” (en un sentido negativo) pero no “afuera”.
Pero Dios es todo lo que hay “afuera “ y Su “afuera” abarca a todo lo que hay “aquí”.
En el Cantar de los Cantares, que leemos en Pesaj, la novia, el alma colectiva de Israel, dice a su novio, Dios: “Te encontraré afuera, te besaré”.
“Allí afuera” besamos a Dios.

Las cuatro preguntas que hacemos en la mesa del Seder comienzan: “¿Cuál es la diferencia entre esta noche (de Pesaj) y todas las (otras) noches?”

Los niños en la mesa del Seder le piden a sus padres que les expliquen el significado de todas las costumbres especiales que realizamos en la primera noche de Pesaj. Todos somos hijos de nuestro Padre en el cielo, y cuando nos dirigimos a nuestro padre físico simultáneamente nos dirigimos a Él y preguntamos: “¿Cuál es la diferencia entre esta noche y todas las otras noches?...”
“La noche” simboliza el exilio. Comenzamos pidiéndole a nuestro padre (y a nuestro Padre en el cielo) nos explique la diferencia entre este exilio final y los exilios anteriores. Este exilio final del Pueblo judío es el período en la historia que anuncia la inminente llegada del Mashíaj, el redentor de toda la humanidad, que traerá paz a la tierra.
Así como en el relato de la creación donde la noche precede al día, la noche del exilio debe preceder al amanecer de la redención.
La última noche del exilio es más oscura, en cierto sentido, que todas las otras noches. Junto con una abundancia material de tal magnitud que el mundo nunca conoció antes, hay una profunda carencia espiritual, “hambre y sed” (en la expresión de los profetas) de conocimiento de Dios y la experiencia directa de Su Providencia sobre todas las cosas. Cuanto más la cultura moderna (con su enorme avance en las ciencias y la tecnología) ‘sacraliza’ la naturaleza y sus leyes (la ‘vestimenta’ externa del Creador) más Divinidad (el Creador Mismo) se vuelve oculta.
La guematria de “esta noche” (97, הלילה הזה, halaila hazé) es la misma que “tiempo” (זמן, zman). Este exilio final es en esencia nuestra experiencia misma del tiempo, nuestro transitorio y efímero estado de existencia en la tierra. La redención es vivir por encima del tiempo, experimentar la eternidad en la transitoriedad.
97 es un número primo. Comenzando desde 1, 97 es el 26to número primo. 26 es el valor del Nombre esencial de Dios, Havaiá (הוי-ה), que significa “fue, es y será, al mismo tiempo”. “Exilio” (גלות, galut) equivale 439, también un número primo, el 86to número primo. 86 es el valor del Nombre de Dios Elokim (א-להים), que equivale a “la naturaleza” (הטבע, hateva).
La redención es la revelación de Havaiá en “esta noche” (“tiempo”) y Elokim, la Divinidad inherente en la propia naturaleza, en el “exilio”.

jueves, 14 de abril de 2011

Libertad de Hablar

En hebreo, la palabra Pesaj (פסח), se puede leer Pe Saj (פה סח), “boca que habla”. Pesaj celebra la libertad primera y principal: la libertad de hablar.    

Dios no revela, incluso a los más grandes de los profetas, cuando exactamente va a venir el Mashíaj y traerá la redención al mundo. Dios quiere que nosotros creamos que Mashíaj puede llegar este mismo día, y recemos lo más ardientemente posible que en verdad llegue hoy. Los sabios nos han brindado varias señales para saber cuándo el momento es oportuno, pero nunca podemos saber realmente con seguridad, sólo podemos creer y rezar. Esto es exactamente lo que quiere Dios, porque Él desea que alimentemos en nuestras almas la conciencia mesiánica, un estado de conciencia que no es de conocimiento sino de fe y plegaria.
“Su corazón no comunica (y no puede) a Su boca”. Esta es la expresión que los sabios utilizan para describir el bloqueo que existe, como si fuera, entre el corazón y la boca de Dios, es decir, Su incapacidad de revelarnos la fecha de la redención.
Pero podemos identificarnos con Dios a ese respecto. Todos sabemos qué dificultoso y virtualmente imposible es expresar en palabras nuestros pensamientos y sentimientos más profundos, aquellos que yacen ocultos en nuestros corazones.
La capacidad de ahondar en las profundidades de nuestros corazones y encontrar las palabras correctas para dar expresión verbal a nuestros hasta ahora pensamientos y sentimientos inconscientes es en sí mismo el secreto de la llegada de nuestro Mashíaj individual y personal.
En forma similar, que Dios nos diga cuándo llegará el Mashíaj es en sí mismo la llegada del Mashíaj. Decirnos que Mashíaj llegará mañana es no decirnos nada en absoluto! Mashíaj es la revelación del corazón de Dios a nosotros, por eso cuando Él nos cuenta acerca de su llegada, él ya está aquí.
Pesaj es la festividad de la libertad, la libertad del habla. No sólo la libertad de expresar en palabras nuestros pensamientos conscientes, sino la libertad de expresar lo profundo de nuestro inconsciente, lo profundo de nuestra fe (comemos matzá, “el alimento de la fe”, para hablar palabras de fe). Dios Se nos empieza a expresar liberándonos de Egipto en el plano externo, físico, incitándonos así a expresarnos. Al expresarnos provoca en Él dar expresión absoluta de Sí mismo. Esta es la llegada del Mashíaj.  

sábado, 9 de abril de 2011

No Hay Cuerpo – No hay Ira

La Frase “Él no es un cuerpo y no es un poder en un cuerpo” (אינו גוף ולא כח בגוף, eino guf velo coaj baguf) contiene 16 letras. Escritas como un cuadrado, las esquinas forman באפו, beapav, “en Su cólera” = גוף, “cuerpo”. La diagonal desde abajo a la derecha hasta arriba a la izquierda también forma “en Su cólera”. La enseñanza: “no hay cuerpo, no hay cólera”.

                                                                   

El antropomorfismo comienza con atribuirle a Dios la característica humana de la cólera. La cólera resulta de la corporalidad. Mi cuerpo diferencia entre yo y tú, haciéndome no tú (tanto en materia como en espíritu), invitando así a sentimientos de insatisfacción contigo. La insatisfacción produce cólera.
En la Torá encontramos a Dios que se enoja con el hombre, cuando el hombre peca. De la cólera viene el castigo. De igual manera, Dios está contento con el hombre cuando lo amerita, y lo recompensa por sus buenas acciones. Aunque “la recompensa por el bien siempre es más que el castigo por la maldad”, como un antropomorfismo, el placer que encuentra Dios en el hombre es simplemente la contrapartida, un derivado por así decirlo, de Su enojo. La cólera, insatisfacción, es más humana que la satisfacción. La corporalidad esencial del hombre da lugar a la cólera, que luego puede ser aplacada y transformada en placer y recompensa.
Maimónides explica que como Dios es inmutable (como está explicitado en la Biblia) no se encoleriza! La cólera es el cambio de compostura más primario en la psiquis del hombre, y como tal el principio del antropomorfismo. Todo antropomorfismo que aparece en la Biblia es Dios hablándonos en nuestro lenguaje, porque nosotros no podemos comprenderlo a Él y a Sus senderos.
La enseñanza: cuando menos énfasis ponemos nuestros cuerpos, sentimos menos nuestra “alteridad”, nuestra ajenidad con el otro, menos cambia nuestra compostura y nos enojamos menos.
El rey David dice en los Salmos: “Un momento en Su cólera [= cuerpo, como vimos], una vida en Su voluntad”. De esta frase aprendemos que la cólera es un fenómeno ligado al tiempo (y existe por no más que un segundo fugaz). Dios está por encima del tiempo (un fenómeno esencialmente corporal, que depende del cuerpo en movimiento, como explica Maimónides), pero para nosotros debido a nuestra mala conducta, aparece como si Él se enojara.
En la medida en que trascendemos nuestros cuerpos acortamos nuestra experiencia de la cólera de Dios, reduciendo la experiencia a no más que un fugaz segundo. Anular la cólera por completo, nuestra innata característica de encolerizarnos y nuestra experiencia de la cólera de Dios, es vivir por siempre, “vivir en Su voluntad”. 

viernes, 8 de abril de 2011

No es un Cuerpo

Uno de nuestros principios básicos de fe en Dios, en las palabras de Maimónides:
“Él no es un cuerpo ni un poder en un cuerpo”.

Dios es a la vez omnipresente y omnipotente. Explica Maimónides que si Él fuera corporal (“un cuerpo”) no podría ser omnipresente (en los cielos arriba y en la tierra abajo simultánea y uniformemente), y si fuera un poder investido en la materialidad (“un poder en un cuerpo”) no podría ser omnipotente (porque Su cuerpo limitaría Su poder).
Un cuerpo es una definición. Dios no puede ser definido y por eso no posee cuerpo. Todos los seres creados pueden ser definidos, todos poseen cuerpos, ya sean físicos o espirituales.
La Biblia habla de Dios como un ser absolutamente “diferente” de todo lo demás en la creación. Si tuviera un cuerpo, por lo menos a ese respecto, sería como todas las demás cosas.
La guematria de “Él no es un cuerpo” (אינו גוף, eino guf) es 156 (6 veces 26, el Nombre esencial de Dios), la misma guematria de la segunda parte de la frase, “y no un poder en un cuerpo” (ולא כח בגוף, velo coaj baguf)! Entonces, la frase entera = 312 = 12 veces 26, Havaiá. Las 4 letras del Tetragramaton, Havaiá, se permutan de 12 formas diferentes (correspondiendo a las almas-raíces de las 12 tribus de Israel y a los 12 meses del año, etc.)
¡La 12 permutaciones del Nombre esencial de Dios, Havaiá proclaman: “Él no es un cuerpo ni es un poder en un cuerpo”!!

domingo, 3 de abril de 2011

Trascendencia y Revolución

Una revolución es una rotación, aquellos que están abajo giran hacia arriba y aquellos que están arriba giran hacia abajo.

En hebreo, el significado literal de “revolución” (מהפכה, mahapejá) es “rotación”. La palabra tiene 5 letras y su guematria es 150, o sea que el valor promedio de sus 5 letras es 30. 30 es la guematria de Iehudá (יהודה), la tribu real, cuyo nombre también tiene 5 letras cuyo valor promedio es 6.
En Cabalá, 6 alude a la sefirá de conocimiento (דעת, daat), conocida como “la llave que incluye seis” (los 6 atributos emotivos del corazón). La conciencia colectiva –conocimiento- de las personas que saben cuándo es el momento oportuno y llaman a la revolución.
Iehudá, el rey, gobierna al pueblo. Si el gobierno es estable, si no es el momento para la revolución, para nombrar un nuevo y mejor soberano de la tribu de Iehudá.
El reinado de Dios en la tierra, establecido por nuestro compromiso de vivir con Su ley, involucra dos manifestaciones de Su luz Infinita. Una es llamada “la luz circundante”, y la otra “la luz que llena”. Ellas revelan respectivamente la trascendencia y la inmanencia de Dios al mundo.
Cuando nuestro gobierno terrenal funciona apropiadamente, la luz circundante de Dios está oculta y se revela Su luz que llena. La luz que llena provee un orden existente con una expansión regular, gradual, y una productividad en desarrollo.
Pero cuando hay una necesidad de una revolución, la luz circundante de Dios se manifiesta para brindar al pueblo el poder de rebelión-revolver. En la expresión “luz circundante”, la palabra “circundante” (סובב, sovev) significa “girar”, no simplemente abarcar.
Para efectuar una revolución debemos llegar a ser completamente concientes de la trascendencia de Dios, Su de otra manera oculta luz trascendente. Él está absolutamente por encima de la naturaleza (que Él creó y llena) y al conectarse a Él a este nivel nos volvemos capaces de elevarnos por encima, de trascender los confines del régimen existente.
La esencia de la creación ex nihilo es por medio de la luz trascendente de Dios. Para que nosotros creemos un nuevo orden mundial debemos conectarnos a la trascendencia de Dios.

sábado, 2 de abril de 2011

El Pozo Sin Agua

El pozo estaba vacío, sin agua, pero lleno de serpientes y escorpiones.
El pozo es la mente, el agua la Torá, las serpientes y escorpiones, los malos pensamientos.
Los hermanos de Iosef lo arrojaron a un pozo vacío, un ambiente sin Torá y lleno de peligros espirituales, e influencias negativas por todos lados.
Una crisis en la vida es una prueba. Allí, yaciendo en el pozo, Iosef podría haber urdido pensamientos de odio hacia sus hermanos, quienes  además de celarlo y odiarlo, le sacaron sus ropas y lo arrojaron al pozo. Sucumbir a tales pensamientos negativos es equivalente a invitar a que entren a nuestra psiquis serpientes y escorpiones.
Además de simbolizar a la Torá, el agua aparece idiomáticamente en la Biblia como un espejo que refleja el rostro de quien mira dentro de ella, y refleja las vibraciones emocionales del corazón de una persona hacia la otra. El agua refleja las emociones: Si me amas, te amo a ti, si me odias yo te odio.
Esto da una nueva y positiva interpretación a la descripción que hace la Torá del pozo que está vacía de agua. Iosef pudo sobreponerse a la naturaleza del agua de reflejar una emoción, la tentación de elaborar pensamientos de odio hacia sus hermanos. Así se salvó a sí mismo del peligro inminente de las serpientes y escorpiones.
Fue capaz de mantener su cabeza en el lugar correcto, de concentrarse en la Providencia Divina en acción, encontrándose de improviso sólo en un pozo, sin agua y lleno de peligros al acecho. Se dirigió a Dios y le pidió que lo salve, reconociendo que posiblemente él también era culpable de causar que sus hermanos lo odien. Él le prometió a Dios, “Si me sacas de aquí, trataré de mejorar y despabilarme.

lunes, 28 de marzo de 2011

Luces Del Caos en Recipientes de Orden

La fórmula mesiánica: Luces del Caos en Recipientes del Orden.

Las luces del caos son inmensas luces ilimitadas. Dan completa y extrovertida expresión a lo que uno cree que debe ser la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Para muchos son terriblemente intimidantes. A menudo el resultado final es “la ruptura de los recipientes”, una total crisis comunicacional.
Los recipientes del Orden son sensitivos a la mentalidad y sentimientos de los demás. Son herramientas necesarias para comunicar nuestras ideas y creencias de una manera que no sólo no sea intimidatoria sino que llame invite a la atención y a considerar seriamente lo que uno tiene que decir.
El Mundo del Caos es un mundo de una muy intensa proyección del ser en nuestro entorno, pero incapaz de interrelacionarse productivamente e interactuar con los demás. El Mundo del Orden, en y por sí mismo, es un mundo de productivas interrelaciones pero relativamente de radiación de baja energía.
Cuando las enormes y altamente energéticas luces del Caos (auto expresión) ingresan y se combinan con los amables y sensitivos recipientes del Orden (interrelación), la unión da origen a la conciencia mesiánica.
La guematria de la fórmula mesiánica es: “Luces del Caos en recipientes del Orden” (אורות דתהו בכלים דתקון, orot de Tohu bekeilim deTikun) equals 1690 = 26 veces 65. Donde 26 (2 veces 13, la guematria de “uno”, אחד, ejad, y “amor”, אהבה, ahavá) es el valor del Tetragramaton, el Nombre esencial de Dios, Havaiá. Y 65 (5 veces 13) es el valor del Nombre Adni, אדני, la forma en que se pronuncia el Nombre Havaiá. Sólo en el futuro el nombre se pronunciará como está escrito, Havaiá. Havaiá tal como está escrito corresponde a las grandes luces del Caos, mientras que Adni, corresponde a los recipientes desarrollados con madurez del Orden. En el futuro aparecerá la intensidad plena de Havaiá a través de la transparente presencia de Adni –el Ser absoluto interactuará productivamente con los todos los demás (todo en un estado unificado de conciencia), como está simbolizado por el producto de los dos Nombres– y el Nombre será leído tal como está escrito.


sábado, 26 de marzo de 2011

Boca a Boca

Purim y Pesaj conmemoran la redención del Pueblo Judío.
Ambos comienzan con la letra pei (פ), que significa “boca”.

Al informarle a Miriam y Aarón acerca del nivel especial de la profecía su hermano Moshé, Dios dice: “Le hablé boca a boca”. La frase “boca a boca” alude a las dos redenciones de Purim y Pesaj.
La primera redención, cronológicamente, la redención de Egipto (conmemorada por la festividad de Pesaj) fue a través de Moshé mismo. La segunda redención, la redención de Purim del decreto de Hamán de aniquilar al Pueblo Judío, Dios lo prohíba, fue a través de Mordejai, la reencarnación primaria de Moshé en la Biblia. 
Hay varias interpretaciones del significado literal de “boca a boca” en referencia a la profecía de Moshé:
1.      “Boca a boca” significa que Dios se comunicaba directamente con Moshé, no a través de un intermediario (ángel). Esta interpretación corresponde a la sefirá de sabiduría.
2.      “Boca a boca” significa que la palabra/instrucción de Dios a Moshé fue explícita, no implícita o alegórica. Esta interpretación corresponde a la sefirá de entendimiento.
3.      “Boca a boca” significa que Moshé recibió su profecía totalmente despierto, con el control total de todos sus sentidos naturales. Esta interpretación corresponde a la sefirá de conocimiento.
4.      “Boca a boca” significa que a Moshé le fue permitido examinar los contenidos de la casa de Dios “desde el final hasta el final” (el verso anterior concluye “en toda Mi casa él es fidedigno”). La expresión “boca a boca” aparece varias veces en la Biblia en el sentido de “desde el final hasta el final”. Esta interpretación corresponde a la sefirá de belleza.
5.      “Boca a boca” significa que Dios curó la boca d Moshé (antes de la Entrega de la Torá su habla era “pesada”) por el poder de Su propia boca, como si fuera. Esta interpretación corresponde a la sefirá de reinado.
Todas estas lecturas se relacionan a las redenciones de Purim y Pesaj. La redención es una revelación directa/explícita/despierta (correspondientes a las tres facultades intelectuales de sabiduría, entendimiento y conocimiento) de Dios a Israel. Los años judíos comienzan con Nisan, el mes de Pesaj, y culminan con Adar, el mes de Purim –“desde al final hasta el final” (y el final está inserto en el principio”, Adar en Nisán). La redención cura a los mudos, dándonos la libertad de expresar completa y claramente los sentimientos más profundos de nuestros corazones.
 

Los Ojos de la Congregación

Los sabios son llamados “los ojos de la congregación”.
Ellos son visionarios, son guías y abren nuestros ojos para ver la verdad.

En el Mundo de Creación, el reino del intelecto puro, los sabios son visionarios. Ellos miran en el futuro y nos comunican, casi como profetas, lo que nos espera –para el pueblo como un todo y para cada uno de nosotros- dependiendo de si mejoramos nuestros caminos o no.
En el mundo de Creación, nosotros, en relación a los sabios, estamos en la oscuridad. Debemos confiar en su juicio y seguir sus instrucciones, utilizando nuestra libre elección para creer o no en el poder de su visión y prestar atención a sus palabras al máximo. El libre albedrío absoluto funciona óptimamente en la oscuridad.
En el Mundo de formación, el reino de la emoción, los sabios son nuestros guías. Aquí no guían al ciego sino más bien sirven, por así decirlo, como guías turísticos, paseándonos por el Pardés, el huerto del paraíso, revelando a nuestros ojos las miríadas de sus delicias, cada una de ellas es una “forma Divina”.
Cada una de nuestras emociones rectificadas es un reflejo de una “forma” Divina, que comienza con un sentido de asombro al experimentar las “formas” Divinas del paraíso.
En el Mundo de la Acción, este mundo el más bajo de todos, los sabios abren nuestros ojos para mirar hacia adelante por nosotros mismos y planear las estrategias necesarias para alcanzar nuestras metas en la vida. Ellos nos enseñan a ver la verdad acerca de nosotros mismos, quiénes somos realmente, y a ver la verdad acerca de lo que nos rodea, la gente que nos influencia y los eventos que nos acontecen.