Harav Yitzchak Ginsburgh

domingo, 20 de marzo de 2011

LAS COSAS OCULTAS

David implora a Dios: “Quién puede entender los errores; límpiame de las cosas ocultas”.
שגיאות מי יבין מנסתרות נקני”.
Los errores son pecados involuntarios. ¿Pero qué son las “cosas ocultas?
Un error es una equivocación, una falla de cálculo de la mente (un error relativamente “subjetivo”) o un mal cálculo de una situación (un error relativamente “objetivo”, algunos comentaristas llaman a este segundo tipo de error una “cosa oculta”). Hay tres interpretaciones básicas para las “cosas ocultas”:

1.      Una expresión negativa (tanto en pensamiento, palabra o acción), desapercibida incluso para uno mismo, motivada por un deseo o miedo inconciente.
2.      Un pensamiento negativo completamente conciente, conocido para uno mismo pero oculto para los demás.
3.      Un pecado intencional realizado en privado (oculto a los ojos de los demás)

El paradigma de tres etapas del servicio Divino y la rectificación espiritual del Baal Shem Tov, sumisión-separación-dulcificación, se aplica perfectamente a los tres tipos de “cosas ocultas”.
El único camino hacia nuestro subconciente es por medio de la sumisión. El ego es quien bloquea el acceso al subconciente. Cuando nuestro ego inicialmente exagerado es sometido, nos volvemos sensitivos y perceptivos de nuestras motivaciones subconcientes y podemos ocuparnos de ellas.
Separación es el poder innato de nuestra alma de cortar toda “sobre piel” negativa, circuncidar nuestro corazón. Nos volvemos capaces de controlar nuestros pensamientos y asegurarnos de “pensar bien” siempre (nunca dejar nuestra mente vacía, la vacuidad invita a la negatividad).
Finalmente, dulcificación es una acción (que también incluye al habla), un incremento continuo en el fluir de nuestros actos de bien hacia todos (hacia Dios cumpliendo aquellos mandamientos que son entre el hombre y Dios, y hacia el hombre con abundante benevolencia hacia nuestro prójimo).  

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