Harav Yitzchak Ginsburgh

lunes, 18 de abril de 2011

Allí Afuera, Aquí Adentro

“Egipto” (מצרים, Mitzraim) significa “limitaciones”, aludiendo a los blockeos psicológicos y los estados de encierro. Jametz (el pan leudado) simboliza el egocentrismo.

Egocentrismo (jametz) es el origen del todo confinamiento psicológico (Egipto). Ningún esclavo puede escapar de las fronteras limitantes de Egipto. El Éxodo es el milagro de atravesar los límites de Egipto anulando nuestra sensación de egocentrismo.
Hay realmente algo allí afuera. No todo es “yo”.
En definitiva, el “algo allí afuera” (no mi sentido inicial del yo) es Dios, que me rodea en Su verdadero egocentrismo, por así decirlo. Todo (incluyendo mi verdadero yo) existe dentro del “Yo” de Dios.
La primera palabra de los Diez Mandamientos, la culminación del Éxodo, es “Yo” –“Yo soy Havaiá tu Dios que te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud”. El “Yo” absoluto de Dios nos saca de nuestro confinamiento psicológico y nuestra esclavitud de nuestro sentido exagerado del ego.
En hebreo, “algo allí afuera” (דבר בחוץ, davar bajutz) equivale a 312 = 12 veces 26, el valor del Nombre esencial de Dios, Havaiá, cuyas 4 letras (2 de las cuales son la misma) permutan en 12 formas diferentes. Entonces, las 12 permutaciones de Havaiá (correspondientes a los 12 meses del año, etc.) equivalen a “algo allí afuera”.
En un artículo anterior vimos que 312 = “Él no es un cuerpo y no es una fuerza en un cuerpo” (אינו גוף ולא כח בגוף, eino guf velo coaj baguf). Un cuerpo es un estado de confinamiento, un sentido creado (finito) y bien definido de egocentrismo. Un acuerpo es todo “aquí” (en un sentido negativo) pero no “afuera”.
Pero Dios es todo lo que hay “afuera “ y Su “afuera” abarca a todo lo que hay “aquí”.
En el Cantar de los Cantares, que leemos en Pesaj, la novia, el alma colectiva de Israel, dice a su novio, Dios: “Te encontraré afuera, te besaré”.
“Allí afuera” besamos a Dios.

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