Harav Yitzchak Ginsburgh

lunes, 18 de abril de 2011

Limpieza de Pensamientos, Pureza de Habla, Castidad de Actos.

En la escalera de 10 peldaños del crecimiento espiritual delineado por Rabi Pinjas ben Iair, tres peldaños consecutivos son: “La limpieza nos lleva a la pureza, la pureza nos lleva a la castidad (es decir, abstinencia de la exagerada auto indulgencia de los placeres físicos)”

Estos tres atributos corresponden a las tres “vestimentas” del alma: pensamiento, habla y acción (aunque no en ese orden), como así también a las tres festividades de peregrinación, los “regalim”.
Limpieza es principalmente un atributo del habla. Explica Maimónides que una de las propiedades especiales del Hebreo, “la lengua sagrada”, es que es esencialmente “un lenguaje limpio”, si palabras sucias. Como hemos visto en una publicación anterior, Pesaj es la festividad del habla, la libertad del habla. Hablar libremente no significa hablar como se me antoje, utilizar las palabras que me gusten, sean limpias o sucias. Como hemos explicados, hablar libremente significa ser capaz de dar expresión verbal a las emociones más íntimas del corazón. Esa auto expresión profunda y auténtica surge (el secreto del Éxodo) “limpia”.
La festividad de Shavuot, que conmemora la Entrega de la Torá, corresponde al atributo de pureza, más precisamente, la pureza de pensamiento. Durante 7 semanas la novia (el alma colectiva de Israel) se purifica para desposarse con su novio (Dios) en Shavuot. Todos sus pensamientos se concentran exclusivamente en su novio.
La festividad de Sucot corresponde al atributo de castidad, castidad en la acción. Dejamos nuestra casa y sus comodidades materiales para morar afuera por siete días en una cabaña (Sucá). Nos identificamos con nuestros ancestros que residieron en el desierto durante cuarenta años (en su viaje hacia la Tierra Prometida) sin hogar y sin otras comodidades físicas.
Las iniciales de los tres atributos (נקיות טהרה פרישות, prishut, tahará, nekiut) forman la palabra “balsamo” (נטף, nataf) el primer ingrediente del incienso ofrendado en el servicio del Templo. Un alma que posee estos tres atributos es un alma fragante, un alma capaz de dulcificar las severidades de la vida, trayendo curación a la difícil condición de la humanidad.
La guematria de las tres palabras, 1781 = 13 veces 137 ó “amor (אהבה, ahavá) veces Cabalá (קבלה, Cabalá). Además, 1781 es la guematria de las tres sefirot (emanaciones Divinas) primarias que descienden por el eje medio del Árbol de la Vida: keter (629, כתר, “corona”, la supra conciencia), el origen de la limpieza (es decir, Dios nos perdona y así nos limpia de todas nuestras iniquidades), tiferet (1081, תפארת, “belleza” y “compasión”, el secreto de la Torá que se nos entregó en el Sinaí), llamada “corazón puro” y iesod (80, יסוד, fundamento, “la señal del pacto”), que encarna la propiedad de castidad.

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