Hay seis cosas que uno debe aclarar: ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde estoy yendo? ¿Quién me puso aquí? ¿Para qué?
Las seis letras de la primera palabra de la Torá, “En el principio” (בראשית, Bereshit), se dividen en dos palabras de tres letras cada una, “Creó seis” (ברא, bará, “creó”, y שית, shit, “seis” [en arameo]). La raíz “crear” en hebreo (ברא, bará) significa también “aclarar”.
Entonces, la primera palabra de la Torá, su primera instrucción al hombre (Torá significa instrucción, cada uno de sus palabras es una instrucción para nosotros), puede ser leída como “Clarifica seis” (esta primera palabra de seis letras puede ser leída como “clarificó” en tiempo pasado o simplemente “clarifica”, en imperativo). Este es el “En el principio” de nuestro servicio Divino. Lo primero que debemos hacer, para servir de la mejor manera a nuestro Creador y ser productivos en la vida, es aclarar los seis interrogantes fundamentales que formulamos aquí arriba.
El proceso completo de clarificación toma toda una vida, pero las ideas centrales, las respuestas concretas a las seis preguntas pueden ser respondidas en pocas palabras:
¿Quién soy? Si eres judío, la respuesta es “yo soy un judío”. Judío es quien pertenece al pueblo elegido por Dios, elegido para traer la luz al mundo. Si no eres judío, la respuesta es “Soy un ser humano inteligente”. Todos los seres humanos son creados y se les da la inteligencia necesaria para hacer su parte en la rectificación de la realidad. Al definir la función del judío y del no judío en el orden del mundo ya comenzamos a tratar la última pregunta ¿por qué? Es evidente que la respuesta dada aquí es genérica. Lo que toma toda una vida es contestar el interrogante individual para cada individuo (y lo mismo es con respecto a los siguientes interrogantes).
¿Dónde estoy? En el más bajo de los mundos creados, el mundo llamado “el mundo del engaño”, un mundo ciego a la realidad Divina, lleno de pecado y corrupción, alejado de Dios.
¿De dónde vengo? De la nada (la nada primordial, anterior a la creación)
¿A dónde estoy yendo? A todo (el Mundo por Venir)
¿Quién me puso aquí? El Creador, el Dios uno y único.
¿Para qué? Para que conozca y me una a Dios, cumpliendo Su voluntad, en este el más bajo de los mundos. Para que cree una morada para Él aquí abajo. ¿Pero por qué Él necesita que lo conozca y por qué necesita una morada aquí abajo? Sólo Dios lo sabe.
El estudiante astuto de Cabalá notará que cada uno de estas seis preguntas y respuestas nos habla acerca de una de las sefirot supremas en particular: ¿Quién soy?: fundamento (יסוד, iesod). ¿Dónde estoy?: reinado (מלכות, maljut). ¿De dónde vengo?: sabiduría (חכמה, jojmá). ¿A dónde estoy yendo?: entendimiento (בינה, biná). ¿Quién me puso aquí?: corona (כתר, keter). ¿Para qué?: conocimiento (דעת, daat).
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